¿Y por qué Dios manda desastres?
El desastre es cuando el riesgo pasa de ser una probabilidad a ser una realidad, cuando las pérdidas se dan, en cambio el riesgo lleva componente humano, puede suceder una erupción volcánica enorme en una isla, pero si la isla esta deshabitada el riesgo será 0 porque la exposición será 0 y todo multiplicado por 0 es 0.
La vulnerabilidad está ligada a factores sociales y económicos que son factores antropogénicos.
Un valor alto de exposición en ocasiones se da por no querer evacuar, esto porque hay creencias producto de malas interpretaciones bíblicas que fomentan una cultura de rechazo a a la comunidad científica
Buena parte de la responsabilidad de desastres nos compete a nosotros a la humanidad, una botella arrojada a un tragante suma con otra botella hasta luego tapar el tragante y provocar una inundación, una urbanización implica la impermeabilización del suelo favoreciendo así la escorrentía que derivara en inundación si no hay una red de drenaje, las desigualdades sociales y económicas orillan a las personas a vivir en zonas no aptas para vivir.
Los fenómenos naturales son necesarios para la vida, pero cuando la mala administración de la tierra se junta con los fenómenos naturales es que se deriva en desastres.
Proverbios 14:16 Los sabios son precavidos y evitan el peligro; los necios, confiados en sí mismos, se precipitan con imprudencia.
Ahora antes de las emergencias como la que recién pasamos y que seguramente existirán en el futuro, es el momento cuando no hay alerta declarada cuando podemos reducir nuestra vulnerabilidad en la medida que podamos, reducirla no es tarea sencilla porque depende de factores sociales y económicos no podemos solo desalojar la gente que vive a orillas de ríos o mudarnos.
En cuanto a la exposición también podemos realizar obras de mitigación preventivas como comunidad y/o evacuar a tiempo, evacuar a ultima hora es poco sabio de nuestra parte, porque exponemos al prójimo a un riesgo innecesario a causa de nuestra imprudencia. La prevención de riesgos ante fenómenos naturales también es un acto de amor cristiano
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